II
Una gota, otra... luego otra y otra mas; corriendo por la ventana, primero lento, luego con prisa, una tras otra.
El cielo teñido de un gris amenazante, perturbador.
Las nubes espesas eran el fiel reflejo de pensamientos que lo torturaban.
Miraba a traves de la ventana, con sus ojos deseosos, esperando encontrarlo allí, bajo la lluvia que era la misma (a pesar de la distancia), yendo a su encuentro.
Alguna vez él había compartido esas tardes; había recorrido su cuerpo aferrándose a su piel, tan suave. Aún en esa lejanía sus palabras eran tan reales; aún sólo ese deseo (sincero o no) de enredarse con ella en un mar de caricias y besos, le bastaba para añorarlo.
Afuera, el ladrido de los perros lo devolvió al presente, pero eso no fue suficiente. Ella estaba anclada en su memoria.
Recorrió una y mil veces aquella tarde en su compañía. Se preguntaba cómo, sin más, habían llegado allí. La manera sutil en la que se invadieron la vida mutuamente.
Con cierto temor descubrió que su corazón habia dado un salto cuando la vió.
¿Cómo desandar este camino?
Notó que los perros dejaron de ladrar.
Se volvió hacia la puerta cuando escuchó el ruido de la llave girando en la cerradura.
4 comentarios:
que bien escribís. te lo dije y te lo vuelvo a decir
¿cuántos hombres habrán caido rendidos ante tal forma de expresarte?
te mando besos!!
y espero una nueva lluvia...
Nos sigues dejando en vilo,esta bien,,,pero no tarde en escribir el tercer capitulo,ya me hago peliculas en la cabeza.
Buen viaje!
y nosotros ahi pispeando por el ojo de la cerradura y una puerta que está apunto de abrirse y con qué nos iremos a encontrar?! ojalá me aguante el cuore, al menos hasta que se desvele su misterio.
p.d: le mandaría un beso, pero no se quien estará del otro lado de la puerta y no la quiero meter en aprietos!
vengo por aqui por si habias escrito la continuación.
Volveré para saber de la proxima entrega.
buen viaje!
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