11 ago 2008

Una que me contaron (5º entrega)


V

Ella no podía deshacerse de la imagen de aquel hombre entrando al recinto.
Un sobresalto conmovió su corazón.
Perturbadores pensamientos amenazaron con poner en evidencia la fuerza con la que sus latidos hacían eco del sentimiento que la tomó por sorpresa.

Sus miradas se buscaron, sin esperar enocntrarse, hasta que sucedió.
La primera impresión fue tan cálida e intimidante, como tentadora.

Un escalofrío la recorrió crispando su piel, poro por poro.
Sintió ruborizarse por un instante.
Las personas circulaban en direcciones opuestas. El bullicio se mezclaba con la suavidad de una melodía a lo lejos. Tan pronto como se detenía, su consciencia retumbaba dentro de su cuerpo con millones de palabras.
¿Por qué alarmarse tanto?

Sin embargo, se sentía atraída por él; ese halo de misterio que lo envolvía era provocativamente excitante. Pocas veces se sintió así, y estaba decidida a ir hasta el final de este impulso.

Lo que últimamente me ha dejado sin palabras

Julio Cortázar... como siempre

Carta...

Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo
como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera, y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,
todo eso que es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.
Que mires más allá de mi,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,
y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de libertad.